A deshora sale un sol alumbrando una esquina, alegrándome el día.

Yo soy de esas.. de esa personas que no se fían  a la primera de las personas que conocen, que necesitan tiempo para poder confiar en alguien, para aprender a comprenderlo e incluso a quererlo de esa que no creen en los polvos de una noche en cualquier baño de cualquier discoteca de una gran ciudad, de esa que piensa que los Te quiero están demasiado infravalorados, están tan utilizados que ya prácticamente no significan nada, no tienen ningún sentido, se reparten como si fueran folletos para entrar en el sitio de moda o comerte una hamburguesa. No creo en las personas demasiado buenas (seguro que esconden algo) ni tampoco en las demasiado malas, todos tenemos nuestro corazón aunque algunas personas tengan una gran coraza, no creo en las personas que dicen : vamos a ser amigos toda la vida porque a la primera de cambio te dan una puñalada trapera, pero si creo en la amistad que puede durar años simplemente por los hechos y no por las palabras. Soy muy callada cuando me conoces, me dedico a observar tu comportamiento. no creo en el amor eterno, aunque haya muchas películas, canciones o series que se empeñen en recordarte que hay gente que vive feliz durante toda su vida pegada a la misma persona porque ha surgido un maravilloso sentimiento que no podrá romperlo nadie,  puede que me llaméis escéptica, poco romántica... me da igual, simplemente no tengo corazón , se me ha secado de tanto usarlo y la verdad es que no estoy triste simplemente he asumido que la  vida no es tan de color de rosa como mucha gente se empeña en demostrarte.  A pesar de todo siempre me vas a encontrar con una sonrisa en la boca, con una mirada de alegría, con una chispa de felicidad porque la vida no es perfecta pero es la vida y es lo mejor que podemos desear, en cada momento, puedes tomártelo como un golpe de suerte o una bofetada del destino pero incluso  los peores momentos tienen su lado bueno, la otra cara, mejilla, como quieras llamarlo. 

Sé feliz y ama la vida tanto como te permita ese corazón que llevas latiendo en el centro del pecho.