viernes, 4 de febrero de 2011

Coche.

Ya sé que soy muy pesada con el tema y que cuando me saque el carné todos vais a dar gracias de que cambie de tema y se va a enterar medio Madrid de que ya puedo conducir pero es que ahora mismo es lo único que me preocupa, bueno eso y los trabajos que me mandan mis queridas y amadas profesoras.
Llevo tres clases y no sé porque pero todo el mundo se pone de acuerdo para hacerme la puñeta, ayer que si me viene un mendigo con un carrito del Mercadona por toda la carretera y esto en una vía estrecha y de un solo sentido, como si no tuviera suficiente acera y suficiente parque por donde ir, pues no. Luego está lo de que todo el mundo te mire mal (porque vas muy despacio y te tienes que aparatar cada dos por tres para dejarles pasar) o con miedo como si al verles cruzar por un paso de cebra fueras a acelerar en vez de frenar, ¿que pasa que no saben que en el coche de la autoescuela en vez de haber tres pedales hay seis? Pues ellos vivirán con ese temor eternamente. Y cuando no te pueden adelantar ves por el espejo retrovisor como hacen todo tipo de aspavientos dentro de su vehículo acordándose de tu madre que está muy a gusto en casa viendo la telenovela y hasta te sientes mal y todo, te sientes un obstáculo ( que vale que lo seas pero de ahí a sentirlo). Luego que si puertas  ( no dos ni tres miles de puertas en tres cuartos de hora) que se abren cuando vas a pasar tú. Después de que el profe te ha explicado una cosa va te dice: vamos a parar. Y vas tú con tu buena suerte, memoria y atención y haces justamente lo que te ha explicado que no tienes que hacer. Y ya finalmente, cuando estás a punto de acabar la clase, te encuentras con un semáforo en rojo, estás parando y se pone verde, no te ha dado tiempo a frenar y ya va  el graciosillo de atrás que como ve que eres una novata  te pita y después de haber saltado del asiento, haberte puesto tensa, haberle llamado algo no demasiado bonito y haber vuelto a arrancar, va el chaval se baja y ves que le conoces y encima que es amigo tuyo. ¿¡Para que tener enemigos con amigos que te pueden dar bien por saco?!
Con todo esto y poco más me voy a tomar un cappucino a ver si me relajo un rato.

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