domingo, 25 de septiembre de 2011

Fall.

El otoño nos recuerda el paso del tiempo. La caída de esas hojas que mueren, que se desprenden del tronco del árbol, esas hojas que nacieron en primavera inamovibles, resistiendo el gran calor del verano. Viendo, como grandes observadores silenciosos, todo lo que ocurre a su alrededor, ese abrazo de dos amigos que se encuentran después de algún tiempo sin verse, dos niños que juegan, padres e hijos que discuten, esa sensación de agobio que sientes cuando estás triste y te sientes sólo, el tímido e indeciso primer beso con un chico. Grandes y pequeños momentos de vidas ajenas, que probablemente nadie tenga en cuenta porque sólo nos damos cuenta y creemos que importa lo que ocurre en nuestra vida. Pequeños gestos de los que sí somos conscientes cuando vamos por la calle, aislados del mundo, escuchando música, fijándote en pequeños detalles de grandes personas por muy insignificantes que parezcan. Y al igual que las hojas que se caen por la legada del otoño, nosotros observamos silenciosos, sin poder o tener la intención de hacer nada para resolver los problemas de los demás, y finalmente caemos, caemos por nuestro propio peso en nuestros propios problemas, preocupaciones. Entonces es cuando deseamos que al caer alguien esté debajo de esa rama de la que te desprendes para que por lo menos no te golpees con el suelo al caer y, en cambio, te deslices de una forma ligera como llevada por una brisa de aire cálido.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Fenómenos paranormales.

Momentos en los que estás tranquilamente haciendo el vago delante del ordenador, que si me pongo una orquilla, me rasco la cabeza, me miro el pie, hago bolas con la pelusilla del ombligo.. y entonces oyes unas voces y no hay nadie en casa. Te levantas, vas donde las voces y resulta que se ha encendido una radio ella sola. Y entonces me pregunto ¿por qué? Quizá hay fantasmas en mi casa, los antiguos inquilinos que están cabreados y me ponen el anuncio del tráfico; o a lo mejor es que es una radio como la tostadora valiente. Un día de estos, cuando se me encienda solo el ordenador llamaré a Iker Jiménez para contarle mis experiencias paranormales para que me cuente una charla alucinante para no darme ninguna solución. A lo mejor me hago hasta famosa y tenéis que pagar por venir a verme. 


domingo, 18 de septiembre de 2011

Far away.

Puedes ser alto, bajo, rubio, moreno, con los ojos azules o verdes. Un físico, ese físico que todo el mundo ve cuando paseas por al calle, cuando vas en el metro, cuando subes unas escaleras o bajas a un sótano. A veces estás más gordo, otras más flaco, te sale un grano en medio de la frente, te haces una herida, te haces un esguince. Es cierto que el físico es lo primero que se ve, lo que entra por los ojos, pero al final todos envejecemos todos acabamos con el pelo lleno de canas, con tripa, con los pechos caídos y con una cara llena de arrugas. En esos momentos lo que no ha cambiado en ti es tu forma de mirar, tu manera de hablar, tus lenguaje corporal, tu sonrisa, tu forma de reír y la manera en la que lloras de alegría. Tu personalidad es lo que siempre te acompañará, sin ella no eres nada. Y es que al final, aunque el físico sea lo primero en lo que te fijas, te acabas enamorando de una personalidad.

martes, 13 de septiembre de 2011

.-



"Después de todo, los ordenadores se rompen y las relaciones se terminan. Lo mejor que podemos hacer es reiniciar y respirar. Tantos caminos, tantos desvíos, tantas opciones, tantos errores... 
Bienvenida a la era de la perdida de la inocencia.
Nadie desayuna con diamantes y nadie vive romances inolvidables."


Consecuencias de que los seres humanos nos hagamos daño los unos a los otros, de que nos necesitemos, nos queramos, nos odiemos...