domingo, 18 de septiembre de 2011

Far away.

Puedes ser alto, bajo, rubio, moreno, con los ojos azules o verdes. Un físico, ese físico que todo el mundo ve cuando paseas por al calle, cuando vas en el metro, cuando subes unas escaleras o bajas a un sótano. A veces estás más gordo, otras más flaco, te sale un grano en medio de la frente, te haces una herida, te haces un esguince. Es cierto que el físico es lo primero que se ve, lo que entra por los ojos, pero al final todos envejecemos todos acabamos con el pelo lleno de canas, con tripa, con los pechos caídos y con una cara llena de arrugas. En esos momentos lo que no ha cambiado en ti es tu forma de mirar, tu manera de hablar, tus lenguaje corporal, tu sonrisa, tu forma de reír y la manera en la que lloras de alegría. Tu personalidad es lo que siempre te acompañará, sin ella no eres nada. Y es que al final, aunque el físico sea lo primero en lo que te fijas, te acabas enamorando de una personalidad.

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