Nos reímos solos, nos reimos con ganas...

Y es que después de una gran espera por fin se han acabado parte de esos hermosos exámenes que esperamos ansioso durante todo el año (ironía). Pero el último día , como bien se sabe algo malo tiene que pasar, no puede ser todo bueno: que te cague una paloma con el pelo recién lavado, o sin lavar da igual, o que te atropelle un coche. A  mí hoy me han pasado tres cosas: la primera, es que el examen que teníamos hoy me ha salido  como una p... mierda  ligeramente mal, como para llegar a un 3 más o menos...
La segunda pero no por eso menos importante, ME HE QUEDADO SIN COMER. Bueno, miento, he comido unas patatas fritas con salsas varias y unos nachos. Y es que, queridos amigos, no vayáis a los 100 montaditos de Fuenlabrada central. Están vetados. Resulta que íbamos ciento y la madre y como resulta que deben ser medio retrasaditos los pobres, después de media hora esperando a que a los niños les apeteciera meter un trozo de tortilla, pollo o jamón en minipanes ( que no debe ser tan sumamente complicado) pues resulta que faltan cuatro montaditos y que casualidad que dos son lo que YO me había pedido. ¡Qué raro!  Si a mí nunca me pasan estas cosas ... En fin que después de media hora discutiendo con un subnormal me he quedado sin comer. Porque luego está el típico simpático ( buena persona) que le cuentas tu problema y con una sonrisa va  y te dice: "Vale, ahora te los pongo". Pero entonces aparece al toca huevos (al que tenían que haber echado hace dos meses por estúpido) y empieza a poner pegas, así que al final , después de haber discutido, haber hablado y ha faltado poco para estamparle una de esas bonitas bandejas de madera en la cara, te vas.
La tercera cosa, ya para completar el día ha sido que en la última exposición del año, voy tengo el guión aprendido, salgo y se me olvida. Pero bueno esto no lo cuento como malo porque son gages del oficio.

Uno como estos debería haber tenido yo.