sábado, 12 de marzo de 2011

Celos.

¡Qué puta es la vida! Piensas un día cualquiera con ese tiempo loco, en el que tan pronto llueve como hace calor. Es de noche , más o menos las 3, calculas después de haber dado mil vueltas en la cama, mirar al techo en la oscuridad de la habitación, intentar taparte con la colcha, con la manta, con la almohada, pero no ha funcionado. Sin ninguna explicación concreta los engranajes de tu cerebro se han puesto a rodar y sin saber muy bien por qué te vienen recuerdos sin parar, de una manera rápida pero consciente de todos, te das cuenta, los analizas, ves todos los detalles, no tienen ningún sentido cronológico. Simplemente vienen como una brisa en medio del bochornoso verano, te refresca y poco después ya se ha ido quedando como un vago recuerdo de lo que en un tiempo fue. Entonces te das cuenta, cada vez los recuerdos se limitan más, va desapareciendo gente de ellos, gente poco importante, poco relevante, sin mucho interés en tu vida, cada vez son menos. Ahora solo aparecen personas importantes, que significan algo en tu vida, que han hecho algo en algún momento por ti, que te quieren, que te escuchan. Ahora simplemente sale una persona en todos esos recuerdos, el circulo se ha cerrado tanto que solo una persona aparece en medio de ese círculo y justo en el centro de tu memoria que no te deja pensar, simplemente te llegan imagenes, momentos vividos (intensos y no tantos) , con todo detalle, cualquier conversación, palabra, gesto. Entonces empiezas a no entender nada, ves a esa persona con otra en tus recuerdos y entonces te invade un extraño sentimiento, entonces te preguntas de que se puede tratar, teniendo en cuenta que es tu amigo, simple y llanamente tu amigo. Sigues pasando recuerdos y cada vez ese sentimiento se agudiza más, se hace más intenso y entonces lo comprendes todo, pero no puede ser. Es tu amigo, solamente tu AMIGO, no puedes sentir eso por él, es imposible, le ves como a un  hermano (¿o quizá ya no?). Has pasado mucho tiempo con él, prácticamente desde que erais pequeños, sin saber hablar jugabas con él, os peleabais por los juguetes, os pegabais, es imposible que sientas algo más por él...¿Cuándo ha pasado? y ¿por qué? ¿por qué de un sentimiento tan puro como la amistad se ha pasado al deseo, al amor, a los celos? Entonces te das cuenta, son las 5 de la mañana y sigues ahí tumbada con los ojos bien abiertos y ahora con mil preguntas en la cabeza, necesitas hablar con alguien o por lo menos que no   se te agolpen los sentimientos en las puertas de tu corazón y los pensamientos en tu mente, necesitas descansar. Y así sin apenas darte cuenta poco a poco todo desaparece, tus ojos se van cerrando y esa sensación se va desvaneciendo con la incertidumbre de si mañana volverá a ti. 



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