martes, 17 de enero de 2012

La plaga del pájaro.

Pero no me refiero a los gorriones o las palomas, esas hermosas ratas voladoras que todo el mundo adora y desearía tenerla de mascota. 


(Qué feliz es la mujer con su querida mascota en la cabeza ignorando la cantidad de enfermedades que la puede pasar. Solamente le falta darle pipas de la boca.)


El caso, me refiero a ese pájaro que tenemos vía Internet en el que la gente pone lo primero que le viene a la cabeza:
  • Me estoy sacando un moco que se podría hacer una fábrica de pegamento aquí mismo.
  • Creo que tengo hambre.
  • Cásate conmigo.
Ese que está repleto de @ y de #. Y es que últimamente, como siempre que se pone algo de moda, esto de poner asteriscos en todos los sitios se ha convertido en una. Da igual con quien hables o lo que quiera decirte que si estás escribiendo aparecerá en alguna conversación, ya no hace falta que sea escrito, incluso hablado. 
Y es que la moda es lo que tiene, como cuando se puso de moda ese rudimentario elemento de comunicarse de los muñequitos que giraban cuando se iniciaba que todo el mundo llenaba absolutamente todo de emoticonos que guiño, que si corazón, que si corchea, que si sonrisa.... Todo lleno de los muñecos esos amarillos y calvos y, encima sin orejas. Y entonces es cuando me pregunto yo: ¿Por qué hacen a los muñecos sin orejas? ¿Qué tipo de mundo corrupto es este en el que no tiene orejas un gato cósmico o una esponja que vive en el mar? ¿Y por qué vive una esponja en el mar? ¿No se hincharía al absorber todo el agua? Tengo ganas de que estrujen a Bob Esponja a ver que pasa. Son dudas que me asaltan en mi vida diaria no me preguntéis por qué.

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